sábado, 8 de septiembre de 2018

MANCHAS




Querida hoja en blanco,
Le mancho egoístamente por aburrimiento, le mancho con estas palabras vacías, pues no puedo hacer oír mi voz. 
Espero que perdone y tolere mi ignorancia. 
Simplemente, deseo escribir, hacer algo; quizá sólo quiero comunicarme.
Hablar nunca ha sido mi punto fuerte. Por mucho que piense antes de emitir sonido, siempre parecen incorrectas al minuto. Y el gusano de la angustia me impide por miedo a equivocarme. Las palabras se traban, pero en cuanto pienso en tí no. Ni tartamudeo.


Todo parece tan fácil cuando tienes las manos manchadas de tintas.

En ocasiones, también dudo en sus cartas. Mi cabeza se llena de palabras y no tengo capacidad de escribirle todas. Se preguntará por qué, es sencillo. No tengo coherencia alguna, bueno, ni memoria.
Este escrito sin sentido para usted es terapia para mí. Un sentimiento brillante como usted nace.

La soledad podría haberme llevado a escribirle. No hablo de soledad física. Quizá psicológica. Mi incapacidad de compartir mis pensamientos y sentimientos es un impedimento para que goce ese tipo de compañía. Un día seguro se convertirá en una capacidad, lo sé.

De momento, estas manchas son mi compañía. Sé que causan su fin. Tengo esperanza en que las cuides. 

Esperaré su respuesta, su tinta egoísta.

jueves, 16 de agosto de 2018

LOS CUADERNOS OLVIDADOS DE VERANO


No sé si es el calor o el tiempo libre excesivo, pero en verano siempre termino pensando en mi yo  pasada, mi yo presente y mi yo futura.

Todo empieza porque ordenas unos cajones y encuentras un cuaderno.

Abres con cuidado y lees las palabras plasmadas. 

Parece que haya pasado una eternidad, aunque , en realidad, ha pasado un año o ,incluso, sólo meses.

Un pensamiento vuela a tu cabeza.

Son palabras inocentes.

Sueños.

Metas.

Esperanza. 

Resulta gracioso. 

Nada de eso ha pasado.

Los planes se los llevaron las personas.

Nunca volvieron.

Sus nombres ya no salen de tu boca.

¿Es esto crecer?

¿Dejar de creer?

Quieres, quiero, creer que no.

Se puede intentar otra vez.

Un cuaderno volverá a tu mano.

Escribirás palabras verdes.

Necesitarán agua.

Sino se pudrirán.

Brotarán en tu interior.

Te sentirás invencible.

Pensarás en conseguir todas las lunas de Júpiter.

Porque con la única del planeta Tierra no sería suficiente.

Serás adicto a esa sensación.

Una droga de corto plazo.

Un jardín marchito, de nuevo.

Frío.

Tiempo libre.

Cuaderno.

Palabras cambiadas.

Un nuevo comienzo.

El frío congelará a tu droga y no tendrá efecto. Esperarás al calor y entonces,...

Empezarás...

A buscar palabras verdes.